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Bienvenido a mi blog personal donde iré dando buena cuenta de mis trabajos literarios, y a través del cual podrá ponerse en contacto directo conmigo.

viernes, 26 de agosto de 2011

El gran viaje


Jamás había estado tan nerviosa. ¿Qué debería meter en la maleta? ¿Ropa de verano? ¿Ropa de invierno? ¿Las dos? ¡¿Ninguna?!

Era el viaje más importante de mi vida, y no sabía si en mi destino me iba a servir lo que tenía en casa, ¿Serían allí los enchufes iguales que aquí? Sabía que iba a estar mucho tiempo, pero tampoco sabía cuánto. Ni cuál sería mi siguiente destino, al fin y al cabo, ni siquiera sabía dónde iba.

No hacía más que mirar continuamente la puerta de mi casa, esperando que sonara el timbre para que me recogieran. Miraba continuamente la hora. ¿Cuándo iba a venir de una puñetera vez?

De repente, me dieron ganas de mear, pero antes de que pudiera hacer nada, sonó el timbre. "Oh, no." Dije. "Justo ahora." No había tiempo de aliviarme. Abrí la puerta y ahí estaba ella.

"¿Marina Pérez?" Preguntó.

"Sí. Soy yo." Dije con voz temblorosa.

"Bien. Yo soy la Muerte. Es hora de irnos."

lunes, 22 de agosto de 2011

ATLÁNTIDA: ¿BUSCAMOS LO QUE DEBEMOS?


 
                La búsqueda de la Atlántida, se ha basado siempre en la búsqueda de la Ciudad Estado que describía Platón en el Critias y el Timeo, sin embargo, no podemos asaltar el castillo obviando la ciudad que hay a su alrededor.

                Desde tiempos inmemoriales, hemos tratado de encontrar la Ciudad, topándonos tan solo con meras suposiciones y rumores, dándonos de lleno una y otra vez con el muro de piedra infranqueable que levantan el escepticismo y la leyenda.

                Sin embargo, deberíamos tratar de investigar este mito que nos ha quitado el sueño a muchos, desde otro enfoque. Las pistas para el hallazgo de la Atlántida están ahí, sólo debemos buscar debidamente, y en los lugares adecuados.

                La historia que relata Platón, coloca a Poseidón como el emperador de la Atlántida, lo cual puede estar predeterminado por dos constantes, la primera es que quisiera adaptar el mito a las creencias griegas, haciéndolo entonces más creíble para el pueblo. La segunda, es que efectivamente fuera Poseidón el regente del Imperio, y entonces estaríamos hablando de una antigüedad de la mitología griega mucho mayor de lo que creemos.

                Sea como fuere, sí tenemos constancia de que Poseidón tuvo varias mujeres, y muchos hijos con todas ellas, pero nos centraremos sobre todo en los que tuvo con Clito.

                En total, fueron diez hijos, cinco pares de gemelos que el Critias y el Timeo sitúa como los Reyes de la Atlántida, a saber: Atlas, Eumelo, Anferes, Evemo, Mneseo, Autóctono, Elasipo, Méstor, Azaes y Diáprepes. Ordenados de mayor a menor en la lista anterior, vemos que Atlas, es el mayor de todos.

                No debemos confundir, sin embargo, a Atlas, como hijo de Poseidón y a Atlas como Titán de la mitología, aquel que todos conocemos por sus estatuas en las que sujeta la Tierra en su espalda. El Titán Atlas, estaba encargado de separar Cielo y Tierra, es por ello que se le representa así.

La anterior mención realizada a la no relación entre Atlas Titán, y Atlas rey de Atlántida, es clara, sin embargo también sabemos que Teopompo habló de la Atlántida, pero refiriéndose a ella como Melópide. Éste nombre, puede venir de Melope, una de las estrellas de las Pléyades, que la mitología presenta como las hijas de Atlas el Titán.

                Atlas, como hijo de Poseidón, es el llamado primer Rey de la Atlántida, pues bien es sabido que el Dios de los mares, otorgó una parte de la Atlántida a cada hijo. No sabemos con exactitud qué zona reinaba el primogénito, pero bien es cierto que Diodoro afirma que “Atlas, o Atlante, era un mítico Rey de Mauritania”. Ahí tenemos no sólo la ubicación del reino de Atlas, sino una prueba más de su relación con la Atlántida.

                Como es natural, y como dije antes, no podemos dedicarnos a buscar la Atlántida y centrar nuestras investigaciones en una sola ciudad, si comprendemos bien la magnitud de la civilización que estudiamos, nos daremos cuenta de que una sociedad así, no podía integrarse en una sola polis, por muy extensa que ella fuera, por tanto, deberíamos considerar la posibilidad de una ciudad capital, la famosa ciudad de los anillos, y después una serie de extensiones de terrenos, considerados también parte del reino, así como unas zonas de influencia cultural, religiosa y económica. Es por ello que la ubicación de Atlas en Mauritania no significa que ahí esté la capital, si no una ciudad del imperio.

                El resto de los hijos de Poseidón, también recibieron una parte del imperio, pero sus ubicaciones se han perdido con el paso del tiempo. Sin embargo, dando por hecho que Atlas reinaba en Mauritania, no podemos negar la posibilidad de que los otros nueve Reyes establecieran su influencia y su regencia en zonas muy dispares del globo terráqueo, sólo así se podrían explicar coincidencias culturales entre civilizaciones que, hasta hace bien poco, ni siquiera sabían de la existencia de las demás, tal es el caso de las culturas precolombinas, cuya arquitectura se asemeja en demasía a la de culturas asiáticas, europeas y africanas, en mayor o menor medida.

                Estamos hablando, por lo tanto, de la civilización más extendida de la historia de este mundo.

                ¿Qué debemos buscar entonces? Sospecho que todo el planeta está regado una y otra vez de incontables pruebas, sólo debemos buscarlas e interpretarlas de la forma adecuada, olvidarnos por un momento de encontrar la mítica ciudad, y buscar las zonas de influencia, luego las ciudades que pertenecieron al imperio, pues es muy probable que ya no quede absolutamente nada de su capital, y si queda, quizá lo veamos y no sepamos lo que es.