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jueves, 25 de octubre de 2012

HOY ES EL CUMPLEAÑOS DE MI COCHE

Hoy, 25 de Octubre de 2012, mi coche cumple 7 años.

Apolo (también conocido como el Reverendo-móvil), lleva ya 7 años conmigo.

Parece mentira que haya pasado tanto tiempo. Mi pequeño coche negro, mi horno personal (en verano llega a ponerse por dentro a unos 60º), con él he vivido miles de aventuras, ha sido mi compañero en innumerables viajes, me ha conocido en mis éxitos y en mis fracasos, y siempre ha estado ahí. Me ha dado muy pocos problemas, sólo lo he metido en el taller para cosas puntuales y sus revisiones. Su motor sigue sonando hoy como aquel 25 de Octubre de 2005, cuando lo saqué del concesionario, negro impoluto, completamente nuevo para mí, cuando lo vi en aquel lugar, con su reluciente matrícula, no pude evitar esbozar una sonrisa, era mi coche, era mi nuevo amigo, mi mejor amigo.

Con apenas 22 kilómetros que tenía, lo saqué de aquel lugar y la emoción me embargó al girar aquel pequeño volante, al pisar esos suaves pedales. Hoy tiene ya más de 146.000 kilómetros, miles de horas de paz dentro de él, aunque también he tenido momentos de tensión, cuando entro enfadado en el coche, parece que él lo nota, y me hace la conducción más fácil.

En él he llevado a ilustres. Y no gente conocida o famosa, si no gente ilustre para mí, gente importante en mi vida. Sus ojos me han iluminado el camino, y sus pies me han llevado donde siempre he querido.

Mi coche, mi amigo, tiene alma, lo sé, lo noto, no es ninguna tontería, es callado, taimado y paciente. Adoro pasear con él por la noche, cuando la oscuridad nos envuelve, cuando la carretera está tranquila. Me encanta ir en días de lluvia, sentimos que rasgamos el tiempo, que nada nos afecta.

Mis habilidades como conductor han crecido a medida que ambos envejecíamos, y por ello le debo todo lo que soy como conductor. Hemos pasado frío juntos, hemos sudado juntos, hemos visto el mundo juntos.

Lo saludo cuando entro en él, y me despido cuando lo dejo aparcado. Sé que cuando vuelva, él me estará esperando, ansioso de vivir otra aventura. Ojalá comiera menos, si así fuera, iríamos juntos más lejos, viajaríamos hasta que se le gastaran las ruedas. Por desgracia, cuando veo que en 200 Kilómetros me consume 30 euros, me llevan los demonios, pero él sabe cuándo debe ahorrar gasolina, sabe cuándo estoy algo más apretado y no puedo darle de comer tan a menudo como en otras ocasiones, y se pone a dieta.

Con él he vivido mil trabajos, mil situaciones, mil sonrisas. Sabe portarse bien cuando pasa la ITV, y cuando llega ese día, y se porta bien, al día siguiente lo llevo al túnel de lavado, y le pago el más caro.

Mi Apolo, mi amigo, mi compañero. Lo cuido tanto como puedo, porque sólo lo conduzco yo. Tienes dedicado un poema en mi poemario, y lo sabes. Yo cuido de ti y tú cuidas de mí, estamos juntos en esto, y sobrevivimos con un par.

Siento no poder comprarte un regalo por tu séptimo cumpleaños, como debería. Conoces y comprendes la situación, por eso no te quejas, ni das ningún tipo de problema.

Hemos establecido esos lazos de unión.

Feliz cumpelaños Apolo. Tienes ya siete años, y estoy seguro de que podré repetir esto durante muchos años más. Feliz cumpleaños amigo, porque te lo mereces.

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