Acabo de terminar el episodio número 31 de "El Enigma del Desierto", que cierra la tercera parte de ésta novela. Calculo, si mis datos son exactos, que con otros diez, habré terminado la novela, y si todo va como espero, antes de que termine Marzo ya habré podido imprimir la primera galerada completa. Abandonaré entonces las investigaciones sobre Libia, lugar donde está ambientada esta novela, y comenzaré mis pesquisas sobre su posible conexión Tartésica, contando con la ventaja de vivir en Huelva, por supuesto. El descubrimiento de La Atlántida está más cerca ahora. Espero que todo aquel que tenga a bien comprar la novela cuando se publique, entienda que aunque estoy utilizando referencias históricas reales y referencias literarias reales, está todo basado en un punto de ficción, con lo cual se puede entender que descubrimientos futuros puedan tildar de ridículas algunas de las afirmaciones que hago aquí.
Sin embargo, todo lo real de lo que hablo en ella es, valga la redundancia, real, y por tanto lo puedo ir uniendo poco a poco sin temor, y dándole cierta consistencia a la novela. Quién sabe, quizá dentro de unos años se utilice mi libro como referencia para encontrar el continente perdido, aunque lo dudo mucho.
Si todo va como yo espero, Abril será el mes en el que deje reposar mis dedos y mi mente, y compre nuevos bloc de notas para poder rellenarlos con interesantes descubrimientos sobre Tartessos a partir de Mayo. Además, contaré si todo va bien, con la inestimable ayuda de un compañero investigador de aquí de Huelva, que probablemente pose sus ojos sobre detalles que a mí, dada mi juventud y fata de experiencia, se me pasen por alto.
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