Mi patria es tu piel
y tu boca su embajada.
Abre tus labios para recibir los míos
que tus manos sean
traductoras de tu deseo
y tu lujuria intérprete del mío.
Enredemos nuestros brazos
con nuestro pelo,
cerremos nuestros ojos
y dejémonos llevar.
Nada hay alrededor
más que tú y yo
no existe el mundo
no existe el cansancio
no existe el día ni la noche
no existen los problemas.
Sólo existimos tú y yo
anudados entre las sábanas
empapados de sudor
embriagados de placer.
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