No hace mucho que se ha encontrado un extraño bosque fosilizado en EEUU. Y no sería noticia si no fuera porque es muy grande, y muy antiguo.
El problema, no es que se haya encontrado, si no cuál será su destino.
La investigación de esos fósiles la considero imperativa. Plantas de hace miles de años que pueden darnos pistas sobre nuestro origen y sobre nuevas vías de investigación en el campo de la botánica, la fauna y la medicina. ¿Quién sabe? Quizá aparezcan plantas relacionadas con el Manuscrito Voynich, o nuevas especies vegetales completamente desconocidas.
El mundo, no nos ha enseñado ni el 1% del potencial histórico que alberga, pero en muchos casos, se tapa para dejar paso a la “civilización”, o se destruye por medio de acciones terroristas que nos privan por completo de la historia no escrita.
Afortunadamente, hemos dado un pequeño paso adelante, ya que antes, con las conquistas de nuevas ciudades, se destruía por completo lo que había, para dejar sitio a lo nuevo, ahora, algunos historiadores se afanan en mantener lo que había, para que no se olvide lo antiguo. Es una tarea complicada, pero debe ser mantenida a toda costa. Debemos conocer el pasado, para poder construir un mejor futuro.
Ahora, el descubrimiento deberá ser tratado con cautela y con el mayor de los respetos.
Al igual que las tribus no contactadas (no han tenido contacto alguno con la civilización moderna), que han descubierto en Sudamérica, y que las constructoras amenazan para poder deforestar los bosques. Dejemos que sigan esas tribus donde están, no sigamos cargándonos el pasado, porque entonces nos quedaremos sin futuro.
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